La naturaleza fue muy generosa con las granjas Santo Pietro. La finca se caracteriza por una zona montañosa llena de campos y bosques verdes. Una naturaleza incontaminada que hará aun más cómoda y relajante la estancia en las granjas.
Pero las verdaderas estrellas son los viñedos y los olivos, las perlas reales que figuran en esta tierra de la Toscana. Hay alrededor de 40 hectáreas de viñedos, colinas enteras cubiertas de viñedos. Y el verdadero espectáculo comienza en septiembre, cuando las uvas verdes se transforman gradualmente en naranja y rojo. En ese momento, la cosecha comienza a dar muy buenos vinos, como es tradicional en la zona. El vino es apreciado y ganadores de muchos premios en Italia y en todo el mundo.
Los olivares también son grandes protagonistas: son 3800 olivos, esparcidos por la finca. Una herencia que regala cada año un aceite de oliva virgen extra de alta calidad certificada. Un color intenso y sabor fuerte, obtenido gracias a la presión en frío.